
Cálculo de la superficie habitable
Las indicaciones sobre la superficie de los inmuebles existentes suelen ser erróneas, como demuestran repetidamente las comprobaciones aleatorias realizadas. Esto se debe a que, con frecuencia, las indicaciones sobre la superficie se toman de antiguas solicitudes de licencia de obra o de contratos de alquiler, que a menudo no se han calculado según la normativa vigente.
El cálculo de la superficie habitable es una cuestión compleja que no debe subestimarse. Esto se debe a que se aplican diferentes criterios de cálculo a los distintos elementos del edificio: por ejemplo, para marcos de puertas y ventanas, escaleras, estufas, elementos empotrados, inclinaciones, alturas de habitaciones, así como chimeneas, pilares, columnas, muros de revestimiento y nichos. A esto hay que añadir los sótanos, garajes, terrazas y balcones, jardines de invierno con calefacción o sin ella y piscinas, lavaderos y cuartos de calefacción, en los que se deben aplicar reducciones de entre el 0 y el 100 % de la superficie básica.
En condiciones tan complejas, no es de extrañar que los propietarios a menudo proporcionen información errónea o incompleta. Los vendedores particulares son responsables de esta información. Si la superficie habitable indicada no se corresponde con la superficie habitable real, se puede reclamar una indemnización por daños y perjuicios. Incluso el precio de venta y los gastos de financiación y notario, así como los impuestos que el comprador haya pagado sobre el precio de compra más elevado, podrían reducirse. Si la superficie también se aceptó como objeto del contrato, la garantía excluida en la venta de inmuebles no protege contra las reclamaciones por daños y perjuicios.
La mejor protección para los vendedores de inmuebles frente a este tipo de dificultades es buscar el asesoramiento de un experto. Un agente inmobiliario profesional conoce perfectamente el cálculo de la superficie habitable. Al fin y al cabo, es parte de su trabajo diario. Los agentes inmobiliarios serios incluso asumen el riesgo de proporcionar datos correctos sobre la superficie y no lo transfieren al cliente.
Además, los expertos esperan que una decisión del Tribunal Federal Supremo (BGH) de noviembre de 2015 sobre los aumentos de alquiler también influya en el futuro en la venta de inmuebles, la liquidación de gastos adicionales y los nuevos alquileres. El tribunal dictaminó entonces que, a partir de ese momento, en caso de aumentos del alquiler, solo sería válida como criterio objetivo y comparable la superficie habitable real (BGH, VIII ZR 266/14). De este modo, el Tribunal Supremo Federal alemán anuló la normativa anterior, según la cual la superficie habitable acordada en el contrato de alquiler podía diferir hasta un 10 % de la superficie habitable real. Esto hace que el cálculo exacto de la superficie habitable sea aún más importante que antes.
La base para el cálculo de la superficie habitable es, por regla general, el Reglamento sobre la superficie habitable (WoFlV), que entró en vigor en 2004. No obstante, todavía ocurre que, en ocasiones, la superficie habitable se calcula sobre la base de la norma DIN 283, derogada en 1983. Esto también puede ser correcto, siempre que se conozca la base de cálculo y se haya establecido como base del contrato. Sin embargo, si desea estar seguro, lo mejor es que consulte a un experto.
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