
Mantener los inmuebles en buen estado
El mantenimiento profesional de un inmueble no solo se centra en conservar su valor residencial. Es sobre todo el valor de mercado el que disminuye debido a un mantenimiento deficiente. El desgaste y el deterioro tienen un impacto negativo en el valor de un inmueble. Las reparaciones nunca deben posponerse. De lo contrario, los propietarios solo corren el riesgo de tener que hacer frente a costes aún más elevados para reparar los daños. Si el tejado tiene goteras, la humedad puede penetrar en el aislamiento. Esto suele provocar la aparición de moho y una pérdida de aislamiento. Del mismo modo, una grieta en la fachada puede provocar daños mayores si no se repara. Con la próxima helada, puede agrietarse y el daño solo aumentará.
Los propietarios deben realizar inspecciones de su inmueble cada dos o tres años. Cada cinco o diez años, se debe contratar a un especialista para que realice la inspección. Solo él puede detectar daños que no son perceptibles a simple vista. Las instalaciones técnicas deben ser revisadas por un especialista incluso con mayor frecuencia. Los propietarios de viviendas deben disponer siempre de reservas suficientes para el mantenimiento y las inspecciones. Quienes constituyen reservas tienen una clara ventaja, ya que los costes de reparación de los daños se producen tarde o temprano. Dependiendo del año de construcción, se debe reservar entre 7 y 12 euros por metro cuadrado y año. El valor se calcula en función de la antigüedad del inmueble. Los costes de mantenimiento de un inmueble antiguo son considerablemente más elevados que los de un inmueble nuevo.
Los propietarios pueden recuperar una parte de los gastos de mantenimiento de su vivienda a través de los impuestos. En este país, es posible deducir de los impuestos todos los gastos destinados al mantenimiento adecuado de un inmueble. Estos gastos se denominan «gastos de conservación» y se pueden reclamar. Se tiene en cuenta el 20 % de los gastos de mantenimiento hasta un importe de 6000 euros. De este modo, es posible obtener un ahorro fiscal de hasta 1200 euros al año. Sin embargo, solo se tienen en cuenta los gastos de mano de obra y desplazamiento, no los gastos de material. Son deducibles, entre otros, los gastos de renovación del tejado, rehabilitación de la fachada, medidas de aislamiento térmico, instalación de sistemas energéticamente eficientes, renovación de la calefacción y rehabilitación del cuarto de baño.
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Aviso legal: este artículo no constituye un asesoramiento fiscal ni jurídico en casos concretos. Le recomendamos que consulte con un abogado y/o asesor fiscal para aclarar las circunstancias de su caso particular.
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