Lista de comprobación: inmuebles en caso de divorcio
Para dividir una propiedad inmobiliaria tras un divorcio, existen básicamente las siguientes opciones: a) la pareja vende el inmueble, b) la pareja conserva el inmueble como propiedad conjunta, c) uno de los cónyuges adquiere la propiedad completa y se queda con ella, o d) el inmueble se transfiere a uno o varios hijos en concepto de herencia anticipada o donación. Sin embargo, en la práctica, cada una de estas opciones tiene al menos un inconveniente.
Venta
- Por lo general, es una opción sensata, ya que permite saldar las deudas contraídas para financiar el inmueble y ambos miembros de la pareja reciben su parte del producto de la venta como base para empezar de nuevo
- Pequeña desventaja: si se amortizan los créditos antes de que expire el tipo de interés fijo, el banco exige una indemnización por amortización anticipada; si la pareja ha vivido menos de diez años en el inmueble antes de la venta, puede aplicarse el impuesto sobre especulación
- Riesgo: si la pareja no se pone de acuerdo sobre la venta, por ejemplo, porque uno de los miembros desea seguir utilizando la propiedad, existe el riesgo de una subasta de partición, lo que suele tener un efecto negativo en el producto de la venta
Alquiler
- El alquiler es una opción sensata si se desea que el inmueble permanezca en la familia, por ejemplo, para que los hijos puedan heredarlo y vivir en él más adelante
- Pequeña desventaja: quien alquila debe seguir ocupándose del inmueble, y las reparaciones y la administración pueden suponer mucho tiempo y dinero
- Riesgo: por lo general, el alquiler solo merece la pena si los ingresos por alquiler permiten amortizar al menos el préstamo hipotecario y si ambos miembros de la pareja están de acuerdo en cómo se repartirán las responsabilidades del inmueble
Continuación del uso
- El cónyuge que permanece en la propiedad paga un alquiler al otro o el alquiler se compensa con los pagos de manutención pendientes
- Desventaja: si la propiedad aún no está pagada, ambos socios siguen siendo responsables del reembolso de los préstamos; sin embargo, desde el punto de vista del banco, las deudas no se dividen, lo que significa que si uno de los socios se declara insolvente, el banco reclamará la totalidad de la deuda restante al otro
- Riesgo: si el reembolso de los créditos ya no está garantizado, existe el riesgo de pérdida o subasta judicial del inmueble, lo que conlleva graves pérdidas económicas
adquisición por parte de uno de los socios
- Desventaja: el socio que se queda con el inmueble debe pagar a su expareja y, al mismo tiempo, asumir los gastos de vivienda y mantenimiento, así como el reembolso de los créditos en curso en solitario
- Riesgo: esto suele suponer una sobrecarga financiera
Una donación del inmueble a los hijos puede ser otra solución. Sin embargo, en este caso existen los mismos riesgos si el inmueble aún no está pagado y si existen derechos recíprocos de manutención y compensación por ganancia.
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Aviso legal: este artículo no constituye un asesoramiento fiscal ni jurídico en casos concretos. Le recomendamos que consulte los hechos de su caso concreto con un abogado y/o asesor fiscal.
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