
Los mayores errores al vender un inmueble
Problema 1: Turismo de visita.
No es raro que el interés real por comprar sea escaso, ya que hay otros aspectos que resultan mucho más interesantes para el visitante. En el peor de los casos, si hay alarma o dónde se guardan los objetos de valor. Pero incluso si existe una intención real de compra, una transacción en ciernes conlleva riesgos.
Problema 2: defectos no comunicados.
La compra puede revertirse en determinadas circunstancias. Por ejemplo, si no se informa de defectos graves en el inmueble.
Se subestima el tiempo necesario. La organización de la venta también supone un reto. Es lógico que el comprador quiera conocer los antecedentes del inmueble. Recopilar la documentación, como los planos de construcción y distribución, el certificado de eficiencia energética, el cálculo de la superficie habitable, el extracto del registro de la propiedad, los posibles acuerdos de derecho de habitación o, simplemente, las actas de la comunidad de propietarios y las facturas de los profesionales durante los últimos 5 años.
Problema 3: encontrar el precio adecuado.
Aquí también muchos portales prometen competencia. Sin embargo, lo decisivo no son los precios de venta en el barrio, sino la demanda en el entorno inmediato. Las tendencias de los precios pueden ser radicalmente diferentes en el siguiente cruce o en el pueblo vecino. En este caso, es útil consultar a un experto inmobiliario local que haya seguido la evolución de los precios durante un largo periodo de tiempo y que, gracias a su experiencia, pueda evaluar correctamente el valor de los inmuebles. Es comprensible que el propietario de un inmueble no quiera fijar un precio demasiado bajo para su vivienda. Sin embargo, si el precio es demasiado alto al publicarlo en un portal inmobiliario, se corre el riesgo de que el inmueble resulte demasiado caro y se convierta en un lastre, y que al final se venda a un precio inferior al valor real de mercado. La valoración inmobiliaria es un proceso complejo que, aunque puede simplificarse mediante software, sigue requiriendo la experiencia de un experto que pueda estimar el precio al que debe salir al mercado el inmueble.
Problema 4: Falta de disponibilidad.
Quienes tienen una vida profesional muy ajetreada saben apreciar el tiempo libre después del trabajo. Quienes venden su inmueble por su cuenta deben asumir que los interesados se pondrán en contacto con ellos en cualquier momento, incluso por la noche. Hay que atender consultas, negociar precios, concertar citas para visitar la vivienda. No hay recepción. Y si se conoce la dirección, es probable que llamen al timbre. Con un experto inmobiliario local, se puede evitar todo este estrés.